Introducción
Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre exfuncionarios y funcionarios políticos, empresarios y artistas que se han visto involucrados en una red de corrupción y lavado de dinero en nuestro país, generando un fuerte impacto, al ser uno de los mayores males que enfrenta nuestra sociedad, ya sea por cuestión cultural, de cumplimiento de las leyes o por problemas del Estado de derecho.
Lo que es un hecho, es que la corrupción se encuentra en todos los países, ya sea desarrollado o en proceso de desarrollo y se puede dar tanto en el sector público como privado, Además, a nivel global la corrupción mueve grandes cantidades de dinero y, en fusión con el Lavado de Dinero, corrompen la Integridad de las Actividades Vulnerables y no Vulnerables.
DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA CORRUPCIÓN.
Últimamente a tomado mucha fuerza el combate a la corrupción y de acuerdo con Transparencia Internacional (2009, pág. 14), corrupción es “el abuso del poder para beneficio propio” y, como sabemos, la corrupción no respeta razas, condiciones de países: desarrollados o en proceso de desarrollo; sectores públicos o privados, este delito de una u otra forma se hace presente en el día a día.
Ahora bien, si nos enfocamos a la corrupción en el sector público, entiéndase, Personas Políticamente Expuestas (PPE), donde la misma se realiza a través de métodos delictivos como el soborno, malversación y robo de fondos públicos, extorsión, abuso de autoridad, intimidación, tráfico de influencia, etc., se pueden interpretar dos supuestos: I) que la corrupción es alimentada por el lavado de dinero, porque si los funcionarios públicos corruptos carecen de la posibilidad de lavar alguno de los delitos antes mencionados, el aliciente para participar en estas conductas criminales se aminora, y II) la corrupción también se ha detectado como uno de los principales delitos precedentes de lavado de dinero y un mal social complicado de aniquilar.
En resumen, la conexión existente entre la corrupción y el lavado de dinero es la capacidad de transferir y ocultar fondos a gran escala, es decir, los actos de corrupción, que, al ser ilícitos, requieren ser sometidos a mecanismos que oculten su origen para darles apariencia de legalidad, utilizando técnicas similares como la creación de empresas fachada, prestanombres, uso de efectivo, fideicomisos, paraísos fiscales, etc.
Factores que debilitan a las actividades vulnerables y no vulnerables producto de la corrupción y lavado de dinero.
Para nadie es un secreto que las Micro, Pequeñas y Medianas empresas son el sostén de nuestra economía, pero también es cierto que sus principales debilidades son la falta de conocimiento empresarial, activo fijo insuficiente o no apto, falta de liquidez para crecer, no hacer planeación, falta de asesoría legal, factores internos como conflicto de intereses y roles duales, poder centralizado, compras poco razonables y a un solo proveedor, favoritismos, entre otros y que, al combinarse con los factores externos, resultan en una enorme carga para su desarrollo y competencia con las grandes empresas. Con esto es posible concluir que no solo las Actividades Vulnerables pueden ser sujetas a actos de corrupción o de Lavado de Dinero, o en su caso, a ambos delitos, debido a que el riesgo está presente en todo momento.
La corrupción puede no denunciarse por miedo, por amenazas, por la falta de protección a testigos, falta de integridad y ética; pero, si hablamos de lavado de dinero, las situaciones son las siguientes: I) una vez ingresados los recursos al Sistema Financiero son utilizados para adquirir automóviles, inmuebles, joyería, obras de arte, etc., consideradas en el artículo 17 de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI) como Actividades Vulnerables catalogadas como operaciones capaces de utilizarse en el blanqueo de capitales y mismas que deberán dar cabal cumplimento a las obligaciones normadas en Ley, Reglamento y Reglas de Carácter General y II) los delincuentes al sentirse limitados y vigilados voltean a ver otros negocios en donde pueden operar con toda libertad porque aún no se encuentran a los ojos de la autoridad y por las debilidades internas que pudiera presentar cada una de estas empresas.
En aras de que estos delitos no se vean inmersos y sigan afectando la economía del país, las Actividades Vulnerables y No Vulnerables tendrían que empezar a implementar medidas que vayan fortaleciendo sus cimientos para impedir la entrada a estos dos delitos, entre ellos podemos enumerar el manual de organización y procedimientos con funciones y responsabilidades delimitadas, un código de ética, un modelo de buenas prácticas para la prevención, el combate a la corrupción y promoción de la integridad, mecanismos de vigilancia, entrenamiento y capacitación y evitar empleados tóxicos.
CONCLUSIONES.
Podemos concluir que en nuestro país no se ha realizado una reforma sustancial que proteja a aquellos que realizan Actividades Vulnerables y No Vulnerables y que aportan alrededor del 52% del Producto Interno Bruto (PIB). Resulta incongruente que la normativa se encuentre tan limitada y mal implementada cuando mucho se ha hablado como estrategia de este Gobierno el prevenir estos delitos ampliando acciones y procesos eficaces y transparentes e involucrar más a los particulares.
Ejemplo de esto, es la Guía Anticorrupción (UIF,2020), donde se lee lo siguiente: “esta guía no es de carácter vinculante y no establece obligaciones adicionales a las previstas en la LFPIORPI, en su Reglamento, Reglas de Carácter General y formatos oficiales de avisos e informes”. Entonces, como particular puedo o no hacerle caso mostrando aquí la contradicción del compromiso y las brechas que existen entre el Gobierno y las Instituciones competentes.
En mi opinión, puede existir la corrupción sin lavado de dinero, pero no el lavado de dinero sin corrupción, por ello, considero que la Integridad no tiene necesidad de reglas y que como sociedad es hora de trabajar en equipo, con nuestra familia, con nuestros empleados y el Gobierno para obtener mejores resultados y combatir estos principales delitos, que son las actividades que generan más ingresos delictivos y que traen consigo grandes consecuencias sociales, financieras y económicas que nos debilitan como país.